🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO
🗓️ 11/1/2025
SERIE: ↩️ SÁBADOS DE CAMBIO
Título: Un llamado de atención
La Carta a los Hebreos es un tratado teológico realmente impresionante. Hemos estado, con mi querida y amada Iglesia, estudiando esta Carta y quisiera compartir con ustedes algunos de esos estudios, al menos una breve reflexión, la que podríamos titular un llamado de atención con esta grave exhortación, porque vamos a detenernos en algunos pasajes que son considerados por los eruditos, al menos dos de ellos, como algunos de los más difíciles de interpretar en toda la Biblia. Pero quisiera, mi amigo, hacerle algunas preguntas, amigos, hermanos y hermanas, y es la siguiente.
¿Está usted cansado de la vida a esta altura del año y ya quiere vacaciones? Hebreos es para usted. ¿Anda usted con deseos de tirar todo por la borda cuando ve ciertas personas, su jefe, empleado, cónyuge, hijos, padres, en fin, quiere descargar hacia ellos todo su enojo, impotencia? Esta Carta es para usted. ¿Está usted cansado de la Iglesia, del Ministerio, de la gente? Esta Carta es para usted.
¿Tiene usted ganas de desaparecer, de tirar todo y de no venir más a la Iglesia, desaparecer para siempre y decir como Jeremías, maldito el día en que nací, maldito el día en que escuché a estos evangelistas? Me tienen harto. Esta Carta es para usted. Pero escuche esto.
¿Está usted jugando con un pecado oculto desde hace años? ¿Está mimando ese pecado, prácticas pecaminosas, desagradables, con falta total de ética en su manera de pensar, con una actitud abierta, desafiante, soberbia, sin pensar en las consecuencias ni en la disciplina de Dios?
Entonces esta Carta también es para usted. Sin lugar a dudas la Iglesia hoy ha perdido el temor a Dios y estamos claudicando en la santidad. Entonces esta Carta es para todos nosotros.
La Carta de los Hebreos, que ha merecido realmente muchísimos elogios y comentarios, se discute todavía quién fue su escritor. Desde ya sabemos que eso lo sabremos en el cielo. Hay muchas tesis, teorías al respecto, pero lo importante es hacia quién iba dirigida.
Algunos sostenían que es a los gentiles, pero sin lugar a dudas está dirigido, como lo dice su título, a los hebreos. Muchos de estos judíos que habían creído en Jesucristo como el Mesías estaban siendo perseguidos por propios y extraños a causa de su fe, sumado a que las cosas no le estaban saliendo como ellos esperaban. Dicho sea de paso, ¿no le ha pasado eso a usted que se ha convertido en cristiano y las cosas se le complicaron más en su vida? Pues claro que sí, y por lo tanto muchos creyentes hebreos estaban volviendo a su vieja fe, a sus ritos y costumbres, a considerar a Moisés y a los profetas, en el sentido de que el verdadero Salvador y Mesías aún no había venido, querían volver a las promesas del antiguo pacto, a la mediación del antiguo orden sacerdotal, según el orden de Aarón. Querían y deseaban frecuentar el antiguo santuario del templo, que luego, por cierto, en el año 70 sería definitivamente destruido por los romanos, por eso creemos que esta carta es anterior a ese año.
Ellos querían volver a los antiguos sacrificios. Habían dejado de creer y de progresar espiritualmente. Se estaban deslizando, como un barco se desliza y quedaba a la deriva.
Está usted en esa situación. El escritor a los hebreos nos anima a que vale la pena seguir a Jesús, vale la pena seguir adelante, a pesar de los inconvenientes, dificultades y las pruebas, vale la pena.
Sin lugar a dudas, la temática general de esta carta tiene que ver con la superioridad de Cristo por sobre los profetas, capítulo 1, los ángeles, capítulo 1 y 2, por sobre Moisés, parte del capítulo 3 y 4. La superioridad de Cristo es superior, su sacerdocio, al de Aarón, capítulo 5. El capítulo 6 es un verdadero llamado a la madurez o progreso espiritual.
La superioridad de Cristo es superior, valga la redundancia, al orden sacerdotal, según Melquisedec, capítulo 7. El nuevo pacto que plantea el Señor es superior a ese viejo pacto que nos dice el capítulo 8. Y ha entrado el Mesías a ese santuario espiritual no hecho con mano humana, superior al santuario terrenal, dice el capítulo 10. El sacrificio de Cristo es superior al sacrificio antiguo testamentario. Y desde el capítulo 11 al 13, el escritor lo invita a seguir adelante por medio de la fe.
Puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe. Ahora, yo quisiera detenerme en algunos textos del capítulo 10, por eso el motivo de este título, y también unos textos del capítulo 6, la mayoría de los teólogos coinciden que hay varias exhortaciones en esta carta, a no deslizarse de la palabra, capítulo 2, a no dudar de la palabra, capítulo 3 y 4, a no desoír la palabra, a no despreciar la palabra, en este caso capítulo 10. ¿Por qué? Porque por medio de la palabra creemos, somos salvos, por medio de ella crecemos y somos confirmados.
Todo lo demás es aire, es vanidad, es adorno, es tradición de hombres.
Ahora, si vamos al capítulo 10, antes de leer los textos en cuestión, vemos que la superioridad del sacrificio de Cristo tiene tres motivos, por el cual se divide el pasaje.
En primer lugar, el sacrificio de Cristo quita el pecado, desarrollado en el versículo 1 al 10.
En segundo lugar, el sacrificio de Cristo no necesita repetirse, versículos 11 al 18.
Y en tercer lugar, el sacrificio de Cristo abre el camino a Dios, verso 19 al 39. Una vez más, se nos dice entonces que somos salvos, en ese camino o peregrinar cristiano de progreso y madurez espiritual está el peligro de caer, de abandonar, de flaquear de la gracia de Dios, de no seguir hacia adelante, de bajarse.
Vieron cuando a veces se dice no, yo me bajo, no quiero ir más a la iglesia, ni leer la Biblia o seguir a Cristo, es mucho para mí. Es entonces cuando el autor nos exhorta a continuar. Vemos aquí, en este capítulo 10, tres exhortaciones bondadosas para no abandonar el camino, con palabras claves, acerquémonos, dos, mantengámonos firmes y en tercer lugar, consideremos unos unos a otros.
Pero también vemos una solemne exhortación sobre el llamado pecado voluntario. Hay una complejidad en esta exhortación, hay una gravedad en la misma y en tercer lugar, hay una esperanza también en esta exhortación. Pero yo quisiera detenerme al menos en la complejidad de esta exhortación.
Hay dos textos que realmente merecen nuestro análisis. El primero está en Hebreos 10, que es el que vamos a considerar, pero hay otro relacionado con él que es Hebreos 6. Lea usted el capítulo 6, pero me quiero detener en el versículo 4 al 6, cuando dice aquellos que una vez, habiendo sido iluminados, gustaron del don celestial, participaron del Espíritu Santo y recayeron, es imposible que puedan ser renovados para arrepentimiento. ¿De quiénes está hablando aquí? Vamos al capítulo 10, versos 26 al 31, que dice aquellos que pecando voluntariamente han violado la ley de Moisés, pisoteado y tenido por inmunda la sangre de Cristo, después de haber recibido la verdad y por los cuales ya no quedan más sacrificio por los pecados, sino horrenda expectación de juicio, de hervor de fuego, cayendo con horror en manos del Dios vivo.
Mis amigos, estos textos han sido un verdadero dolor de cabeza para los cristianos durante siglos. ¿De quién está hablando? Bueno, permítame hacer una breve aclaración. Hay dos grandes corrientes de interpretación.
Para unos, este grupo de personas a quien se refiere aquí son los llamados apóstatas, pero dentro de esta principal corriente de interpretación hay dos variantes que tienen conceptos distintos acerca de lo que es una apóstata. Para un grupo se refiere a creyentes que perdieron la salvación, por eso se habla de esta manera. ¿Quiénes están aquí? Los católicos y los arminianos, que tienen un concepto muy particular acerca de la salvación, sostienen que la salvación se pierde, por tanto aquellos fueron creyentes, pero pisotearon la sangre de Cristo y por tanto caen de esa salvación.
Pero hay otro grupo que también considera que se refiere a los apóstatas, que considera que son profesantes que nunca fueron salvos. Es decir, ellos entienden que los apóstatas son personas que conocieron el camino del evangelio, conocieron la verdad, fueron profesantes, pero nunca nacieron de nuevo y en un punto abandonan la fe. Aquí están la mayoría de los calvinistas, calvinistas extremos, pero curiosamente hay hermanos que no son calvinistas, como por ejemplo don Ernesto Trenchard, que se ubica dentro de esta corriente.
Pero hay otra corriente general que considera que no se refiere a los apóstatas, sino que se refiere a creyentes, auténticos creyentes, pero que tienen una actitud carnal, o que han pecado voluntariamente, o que se apartan del camino del Señor. Y hay una referencia aquí, según algunos autores, a una mención del llamado el pecado voluntario. Aquí encontramos importantes autores como Warren Wilsby, don Francisco Lacueva, Samuel Pérez Millos, entre otros.
Esta es la posición en que su humilde servidor, quien les habla, se ubica. Sin lugar a dudas, son pasajes muy difíciles, pero ¿a dónde quiero llegar? y ¿cuál es el punto a considerar?
Hay razones por las cuales puedo justificar y desarrollar por qué estoy en esta posición. Sin lugar a dudas, no tengo tiempo material justamente para hacerlo. Pero vuelvo a la pregunta. Alguien podría decir ¿qué importa si es para apóstatas o para creyentes? Total, yo ya soy salvo, es verdad. Pero lo que debemos tener en cuenta, mis hermanos, es que la gravedad de esta exhortación consiste en que, si es para los apóstatas, la exhortación no sería tan grave.
Pero si es para los creyentes, es un grave llamado de atención a vivir en santidad y a recuperar ese temor a Dios que las iglesias parecen haber perdido. El mensaje es, en primer lugar, con Dios no se juega. En segundo lugar, Dios disciplina a sus santos con la pena aún de muerte.
Y ahora termino contándoles una historia con respecto a esto. En tercer lugar, cuidado con las tristes consecuencias del pecado perdonado. Repito, cuidado con las tristes consecuencias del pecado perdonado. Por ejemplo, el rey David. En cuarto lugar, cuando porfiamos y persistimos en pecar, no perdemos la salvación, pero sí las bendiciones terrenales que Dios tiene preparado para nosotros. Miren a Israel. Cuando no quiso entrar a la tierra prometida por causa de su infidelidad, ¿es que acaso luego de haber celebrado la Pascua por causa de su falta de fe y no hacer caso, se perdieron allí en Cádiz Barnea? No, fueron muertos en el desierto. De lo contrario, nadie sería salvo. O si no, de lo contrario, repito, somos salvos por obras.
Quiero llevarlos a contarles rápidamente una historia y tomarme unos minutos más. Algo que sucedió que es real. Esto no está tomado de ningún libro, de ningún comentarista norteamericano, anglosajón, ni español.
Esto sucedió aquí, made in Argentina, en la provincia de Santa Fe. Voy a obviar detalles porque esto sucedió de verdad y muchos pastores de amigos me pedían esta ilustración, como yo fuese su dueño, para contarla porque realmente es muy escalofriante. A principios de los años 80, en la ciudad de Calchaquí, una localidad que está al norte de la provincia de Santa Fe, el pastor, uno de los ancianos de la iglesia, que en ese momento había un solo anciano, decide hacer una celebración, una conferencia aniversario.
Él se llamaba Ernesto, simplemente voy a dar su nombre. Invita como predicador a un hermano de una provincia lejana para que venga a tomar la conferencia. El día viernes, cuando él estaba esperando su llegada, recibe una carta donde estaba dirigida a él, escrita por un grupo de pastores de la iglesia de donde provenía este predicador.
En esa carta se relataba que ellos eran los pastores de esa iglesia y que el hermano que venía a predicar también era del consejo pastoral, pero que estaba en un proceso de disciplina por adulterio, proceso que era complejo porque este hermano no quería reconocer su pecado.
Imagínense, en esa situación, a horas de empezar la conferencia, no tenía manera de contestar, de escribir, ni de llamarlo porque el hermano ya venía en camino, no había celulares en esa época. El hermano llega con su esposa, don Ernesto lo recibe, lo saluda, lo llama a una habitación y le muestra la carta.
El hermano está allá enojado diciendo esto no es cierto, esto es mentira, lo que ocurre, escucha bien, lo que ocurre que yo soy un pastor que visito y voy a visitar a las hermanas, entonces me han visto y confunden las cosas y me han acusado y porque yo tengo dones y porque me invitan a predicar, porque me tienen celos, me tienen envidia. Entonces don Ernesto intenta explicarle la situación, pero este predicador realmente enojado le dice, mire, que me caiga muerto en calchaquí, si miento, no, por favor, le dice don Ernesto, no me diga eso, está bien, elijo creerle. Las conferencias se llevaron a cabo, el hermano predicó el viernes, el sábado, el domingo, llega el domingo de la noche, don Ernesto le dice, quiere quedarse a dormir, así mañana sale temprano, no, dice el predicador, con mi esposa decidimos viajar por la noche, ir tomándonos mates, el camino es largo, así llegamos al mediodía a nuestra casa y así fue, ellos salieron, don Ernesto se acostó a dormir, al cabo de media hora aproximadamente, un poco más, casi una hora, lo llama por teléfono el comisario de la comisaría local, don Ernesto era fotógrafo y en aquel tiempo trabajaba para la policía, era el fotógrafo policial, le dice, por favor don Ernesto, venga rápidamente a la ruta 11, porque cerca de calchaquí hubo un accidente, cuando don Ernesto llega, ve un camión jaula que había tenido un desperfecto, se había detenido, estaba en la ruta y había un auto incrustado en la parte de atrás del camión, cuando él se acerca a fotografiar la muerte de dos personas, ve el auto, lo reconoce y ve allí al predicador, con la mujer al lado, los dos muertos, entonces inmediatamente, él se acuerda de estas palabras, que me caiga muerto en calchaquí, si miento, él empezó a temblar, el comisario le dice, qué le pasa don Ernesto, es que lo que pasa que yo los conozco, estuvieron en mi casa, se trataba justamente del predicador y de la mujer que era su amante, no era su esposa, fin de la historia, el tiempo ya se ha ido, pero quiero decirle esto, con Dios no se juega, esta historia es real y es importante cómo interpreto yo Hebreos, Hebreos es una importante exhortación, también de ánimo, pero también me advierte que no debo jugar con el pecado, no debo jugar con el pecado y esto va primero hacia mí, ojalá esto pueda llevarme a corregir mis errores y a llevar la vida de santidad que Dios quiere, que el Señor le bendiga.
🖋️ Daniel Lissa (ICE Villa Fox – Zárate – Buenos Aires)