Devocional de Hoy
SÁBADO, 2 DE ABRIL DE 2022
No te molestes por el éxito de los demás
Guarda silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados.
(Salmo 37:7)
Hoy en día, con el uso de las redes sociales, podemos acompañar la vida de nuestros amigos y conocidos. Esta «facilidad» trae también algunas consecuencias. Tal vez, la más recurrente es la sensación de que todo va bien en la vida de los demás, mientras que nuestra vida sigue estancada. Por eso, en lugar de ayudarnos - en muchas ocasiones - las redes sociales acaban oprimiéndonos y alimentando un comportamiento que nos aleja de Dios: la envidia.
Cuando nos enfocamos en la vida de los otros, dejamos de detectar lo que Dios hace en la nuestra. La vida de todos contiene momentos de júbilo, luto, persistencia, aprendizaje y lágrimas. Todos esos momentos tienen su debida importancia. Debes reconocer que las redes sociales no te van a ayudar a pasar por esas fases. Esos mecanismos solo dan valor a lo que se puede captar por medio de imágenes y buena parte de nuestra vida está compuesta de cosas que no se pueden fotografiar.
Por eso, no te molestes por lo que ves en la vida de otros. Entiende que las redes sociales no presentan la vida en su totalidad. No te conviertas en un rehén de lo que pasa alrededor. Antes, descansa en el Señor, dale gracias a él con tus actos y no solo a través de fotos. Nuestro Dios no está en las redes sociales, pero está en todos los lugares: ¡conéctate con él!
Espera en el Señor y dale gracias por lo que tienes
- Quien está agradecido por lo que tiene no necesita preocuparse por el éxito de los demás. ¡Mira cuántas cosas Dios ya ha hecho por ti! Exprésale tu gratitud.
- Intenta alegrarte con la victoria de tus amigos y hermanos. Cuando reconocemos las conquistas de nuestro prójimo, tendremos con quien compartir nuestras conquistas.
- Si realmente te incomodan las conquistas de los demás, pide a Dios que transforme tu corazón. Lee la Palabra y busca a Dios. Es así como se logra la sanidad de un corazón amargado.
Para orar:
Señor, quiero agradecerte por todo lo que has hecho en mi vida. Quiero celebrar cada día la victoria de mis hermanos y alegrarme con ellos. Quita de mi corazón todo espíritu de envidia. En el nombre de Jesús, amén.