El cumplimiento del plan maestro

🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO

🗓️ Miércoles, 28/5/2025

Serie: GÉNESIS. Y DIJO DIOS 🌎

EP#28 El cumplimiento del plan maestro

Los hijos de Jacob eran doce. Génesis 42 registra el regreso de los nueve hermanos de José. Dice el v.26: “Y se fueron de allí”. Simeón queda como rehén y será liberado bajo la condición de que vuelvan con su hermano menor, Benjamín. Cuando pararon de camino descubren su dinero devuelto en sus costales y sacos. En vez de estar felices por la parte que les tocó, “se les sobresaltó el corazón y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios? (v.28). Su conciencia cauterizada y endurecida durante veinte años; ahora tan agudizada, les convence de la realidad de la mano de Dios sobre ellos.

Pasa el tiempo y el hambre les obliga hacer otro viaje a Egipto; pero no sin Benjamín. Judá es el portavoz de sus hermanos. Ruega a su padre que les permita llevar a Benjamín. Después de todo es un asunto de vida o muerte para las familias, incluso a Benjamín. Dice Judá “a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y tú y nuestros niños”. Jacob cede a esa tremenda presión: ya está entregado. Responde, “Séalo” (43:14). Benjamín viaja con ellos. Jacob manda presentes para asegurar su recibimiento; no eran pobres, eran hambrientos.

El segundo viaje es un éxito. Benjamín está con ellos; Simeón ya está libre. Lo que no esperaban es que José organizara un almuerzo con todos ellos. Bajo sus órdenes están sentados como si estuviera en una mesa con una tarjeta a su nombre, de mayor a menor. Disfrutan del almuerzo, pero el miedo subyacente predomina y el suspenso se hace casi imposible de tolerar.

No obstante, pronto están de viaje con el trigo que tanto necesitan. Esta vez son once, pero es un viaje corto. La escena es como el de la policía caminera que les para y les revisa todo, pues en el palacio falta la copa de José. Les hace volver a todos y José les permite emprender su viaje de vuelta con la condición de que el culpable; Benjamín; permanezca bajo su custodia. Nuevamente Judá es el portavoz de sus hermanos e intercede con éxito por Benjamín. Qué oración la de Judá; qué elocuencia. Dijo Lutero: “daría cualquier cosa si pudiera orar a Dios como Judá oró a José”. Toca las fibras del corazón de José. Dice Judá, que su padre; “Al no ver al joven morirá”.

El capítulo 45:1 dice “No podía ya José contenerse más”. Lloró tan fuerte que los egipcios oyeron. Llega el momento cumbre; Ese hombre revestido de autoridad, todo un egipcio en su vestimenta e idioma les declara. “Yo soy José”. Imaginen el silencio, las miradas, los rostros pálidos. Aclara José: “Yo soy vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto”. El eco de esto tenemos en Hechos 9:5. Cuando Saulo de Tarso, derribado en el camino a Damasco siente la voz del resucitado: “Yo soy Jesús a quien tu persigues”. En ambos casos el rechazado, odiado, maltratado y perseguido es en realidad su Salvador.

Presten mucha atención a los versículos que siguen. Constituyen el meollo de toda la historia de una persona, de una familia y de una nación. José entiende el plan maestro de Dios. Dice José: “Ahora pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros” (v.8). Resaltemos la frase; “Me envió Dios”. José no les agradeció, ni los culpó. Dios nunca aprueba el mal. Pero tiene el poder de “salvar al más vil pecador” y el poder soberano de cambiar las tragedias en triunfos.

Termina el viaje corto en los doce hermanos abrazándose. La voluntad soberana de Dios se ha hecho. Quizás estés afligido por algún problema: pides a Dios que lo resuelva. Crees con fe que lo puede hacer, pero pasan los años y nada cambia. Esos veinte años de la historia de José nos llama a renovar nuestra confianza en los caminos perfectos y soberanos de Dios.

📲 FRASE DEL DIA: Pero tiene el poder de “salvar al más vil pecador” y el poder soberano de cambiar las tragedias en triunfos.

🖋️ Jaime Burnett