🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO
🗓️ Jueves, 31/7/2025
Serie: VASIJAS 🏺
EP#4: VASIJAS DE CONTENTAMIENTO
📖 Lectura: EXODO 16:33
El pueblo de Israel cruza el mar rojo y sale de Egipto entre cánticos y alabanzas. No pueden estar más felices. Han sido esclavos desde que nacieron y están caminando hacia la libertad. Pero pasan tres días en el desierto y no hallan agua para beber. Empiezan a desesperarse hasta que finalmente uno grita “aquí hay agua” corren desesperados a beber, pero descubren que es agua amarga, así que empiezan a quejarse y dejan que la amargura se instale bien adentro del corazón. Pero Dios manda que metan un árbol y éste, transforma el agua para que puedan beberla. De todas formas, el viaje sigue por el medio del desierto, pero el descontento ya ha anidado en sus mentes. Así que empiezan a murmurar entre todos contra Moisés y Aarón. “Ojalá nos hubiera matado Jehová en Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos…”
Dios miraba el pueblo con compasión. Iba midiendo sus corazones, sus motivaciones y en especial: qué lugar tenía ÉL en sus vidas. Pronto, les da la solución: “Haré llover pan del cielo por la mañana y por la tarde comerán carne de codornices” El primer día el pueblo salió afuera de sus carpas y se encontraron con la lluvia bendita: un rocío que cubrió toda la faz de su desierto. Cuando lo vieron se dijeron entre ellos ¿Y esto? ¿Qué es? (maná en hebreo), y así le pusieron. Jehová le pidió a Moisés que guardara una VASIJA LLENA de maná para que cuando salgan del desierto, sus descendientes vean cómo Dios los había alimentado.
Solía quejarme mucho del pueblo de Israel: ellos vieron de primera mano los milagros más asombrosos que se pueden describir. Un mar que se abre por completo, lluvia del cielo que se convierte en comida, una columna de fuego que los guiaba en las frías noches, otra de nube que los protegía de los rayos abrasadores de sol durante el día. Y podría seguir con una interminable lista. Pero vez tras vez los vemos quejándose. Vez tras vez los vemos dudando, sin fe, como si nunca hubiesen vivido nada extraordinario. Solía quejarme mucho del pueblo de Israel. Hasta que me di cuenta de que mi corazón es muy parecido al de ellos. ¡Decime si no he visto milagros asombrosos! Cuando pienso en la gracia de la salvación me quedo sin palabras para describir tanta grandeza, tanto amor, tanto perdón. Cuando veo al Espíritu Santo obrando, transformando vidas, renovando corazones. Decime si no he visto milagros, si he experimentado de primera mano su compasión y su consuelo bendito en medio de mi seco desierto.
Me quejaba de Israel, pero resulta que soy igual tantas veces. Dios hace llover sus bendiciones sobre mi desierto y yo le pongo por nombre “maná” porque no tengo ni idea de qué es eso. Lo he visto obrar cientos de veces, pero ante la menor de las pruebas, suelo dudar de si ésta vez vendrá en mi rescate. La pregunta sigue vigente: ¿Qué hay en mi corazón cuando Dios lo prueba? ¿Me enfoco en lo que me falta o mi corazón corre agradecido a recordar lo mucho que él ya ha hecho? ¿Será que hay vasijas de carne en Egipto que añoro y valoro más de lo que él me da? Los israelitas preferían la esclavitud con carne, antes que la libertad en el espíritu. ¡Oh Señor, líbranos de ser igual en esto! De estar atados por una vasija de carne, de estar presos porque no valoramos la libertad que nos has dado.
Guarda una vasija con tu maná mi querido hermano. Que tu corazón y el mío lo necesitan. Necesitamos recordar toda su bondad. Necesitamos pasar por la memoria todas las veces que ha sido FIEL. Necesitamos contarles a las generaciones que vienen del Dios grande y poderoso, hacedor de maravillas que tenemos. Necesitamos una vasija de gratitud que podamos mirar cada día y que haga cantar nuestro corazón de regocijo por sabernos tan bendecidos. ¿Puedes contar tus bendiciones? Que tus labios y los míos se encarguen hoy de expresar en voz alta y a todos los que nos rodean del Dios maravilloso que tenemos.
📲 FRASE DEL DIA: ¿Qué hay en tu vasija hoy? Espero que no esté llena de quejas, sino que rebalse de genuina gratitud.
🖋️ Rocio Delgado