Cerdos 🐖

🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO

🗓️ Miercoles, 10/9/2025

Serie: ANIMALES CON ENSEÑANZA 🐜🐍

EP#6: Cerdos 🐖 

Lectura: Lucas 15: 11-24

-Papá: ¡quiero mi herencia ahora! ¡No quiero esperar a que mueras para disfrutar la vida! El padre suspira y siente que todo su mundo se derrumba. Sin decir nada, le ofrece lo que le corresponde. El hijo junta todo y sin mirar atrás se va lo más lejos que puede. Gasta sin medir el futuro. Se deja seducir por promesas vacías. Busca plenitud en el fondo de una copa de vino. Y justo, cuando está gastando la última moneda, una gran hambruna sacude la región. Desesperado, revisa sus bolsillos: no le ha quedado NADA. Angustiado, busca entre sus nuevos “amigos”: TODOS lo dejan solo. Las mujeres que hasta ayer lo buscaban sin parar, ahora fingen no conocerlo. Todo el mundo que se armó lejos del Padre, se viene abajo. No hay nadie en esta tierra oscura a quien le importe siquiera, que él viva o muera Desconsolado, le insiste a un agricultor de la zona que lo deje trabajar para él. Así que este hombre lo envía a su campo para alimentar a sus cerdos. 

Cerdos. El animal impuro que no debían siquiera tocar. Dios le había prohibido a su pueblo hacía miles de años así que él, estaba al tanto. La palabra “cerdo” resuena en su corazón, pero él tiene tanta hambre que ignora la prohibición.  Había cruzado tantos límites en estos últimos meses que, deshonrar un poco más a Dios ya no le pesaba. Los cerdos no pueden mirar hacia arriba por la forma de su columna vertebral. Y este hombre también había estado mirando el suelo por demasiado tiempo. Mientras los alimenta su estómago se estremece del dolor. Clama por un poco de esa comida: unas vainitas con algarrobas. La misma, contenía unas semillas de gran dureza, resistentes y longevas. Extraordinariamente son muy uniformes en peso y tamaño así que en la antigüedad se usaban como pesas: el comerciante ponía la sustancia que querías comprar de un lado de la balanza y, del otro, semillas de algarroba para medir y pesar el contenido que estabas comprando. La palabra griega algarroba “keration” se transformó en la palabra “quilates” que usamos hasta el día de hoy para medir el valor de algo. Una persona de la época sabía, que había justicia en su compra cuando veía algarrobas del otro lado del platillo. 

Este hombre moría de hambre. Pero nadie le daba de la comida de los cerdos. De pronto lo entendió, al ver algarrobas en el platillo de los cerdos: esto era justicia. Se había revolcado tanto en el lodo del pecado que había olvidado de quién era hijo. Había gastado su vida buscando placer y ahora se encontraba hambriento de vida real. Le había dado todo a las satisfacciones pasajeras y ellas, lo habían dejado completamente vacío por dentro. Mientras miraba las justas algarrobas, en su apagado corazón se prendió una chispa de esperanza: ¡En la casa de papá, los empleados comen hasta saciarse! ¿Qué hago acá? ¿Qué hago tan lejos de su casa? “Voy a ir y le voy a rogar que me deje trabajar para él” 

Así como estaba, con olor a cerdo, con las ropas gastadas, con el estómago vacío: volvió. Volvió caminando y volvió corriendo de a ratos. Volvió con todas sus fuerzas pensando en el camino en qué palabras diría para hallar gracia. Volvió llorando y pensando en todo lo que había malgastado: el dinero, las oportunidades, el tiempo… la vida.  Volvió pensando en las algarrobas y en su justicia: qué podría decirle al padre para que lo deje trabajar como empleado. Hasta que finalmente, llegó a casa. Mientras estaba entrando en los bordes de la propiedad el padre lo divisa a lo lejos. Al verlo volver corre hacia él. Lo había estado esperando desde el día en que dio el portazo para irse.  Lo abrazó con todas sus fuerzas, lo besó con todo su amor. -¡Perdón papá! Alcanzó a decir entre sollozos. “Te deshonré tanto, que ya no merezco ser llamado tu hijo” Pero antes de poder terminar lo que estaba diciendo su padre da la orden: “Rápido, vístanlo de nuevo, y hagamos fiesta” 

¿Te has ido lejos de la casa del Padre? ¿Has gastado tu vida buscando deleites que jamás te han saciado? ¿Sientes que estas demasiado sucio como para volver a él? ¡Oh, que esta historia sea un fiel recordatorio a tu corazón! Así como estás, él está todos los días esperando tu regreso. ¡Vuelve a Él! ¡Si! ¡Así como estás! Él quiere abrazarte, darte ropas nuevas, vida nueva, oportunidades nuevas. Lejos de las algarrobas, en la justicia del Padre celestial.

📲 FRASE DEL DIA: ÉL perdona a cualquiera que vuelve arrepentido a casa. ¡Vuelve a ÉL! 

🖋️ Rocio Delgado