🔊📖 CENTRO CRISTIANO Y MISIONERO ETERNIDAD
🗓️ 25 JUN 22
SERIE: SÁBADOS DE CAMBIO ↪️
Título: Pedir, buscar y llamad
📖 “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Mateo 7:7 Jesús Lloró.” Juan 11:35.
Era una joven de 20 años, vivía con su madre y dos hermanas pequeñas en una casa de madera de un asentamiento urbano, en el límite de la ciudad como si fuera el borde mismo de la vida. Nunca las habría conocido si no hubiera pedido y buscado para hallarlas. Todas tienen un nombre que por respeto no cito en este devocional. La encontramos junto a su madre en una esquina del barrio. Se entregaron a Cristo, recibieron un breve discipulado de apenas tres encuentros. Transcurrido un mes nos cruzamos en otra esquina, no sabía que ese sería el último fraternal abrazo, ese día aconteció su espantoso asesinato. Después de dos semanas del fatídico descubrimiento de su cuerpo, el Señor hace que hoy nos crucemos con su mamá. En la misma esquina. Esa mañana había pedido y el Señor obró para que hallara lo que buscaba.
Pedir, buscar y llamar, tres mandamientos importantes. Porque Jesús Lloró, pidió, buscó y halló. Como leemos en Juan 17, no pidió por sí mismo, lo hizo por nosotros. Buscó y halló lo que se había perdido, o sea, también por nosotros. Un pedido, una búsqueda y un llanto generoso. Porque nos amó sin egoísmos, 1 Corintios 13, nos amó hasta el extremo, Juan 13.
Lo conmueven las esquinas de la vida donde pasan las almas afligidas por el pecado. El te pide que te levantes, que des voces en la noche, al comenzar la mañana y que alces tus manos implorando. Lamentaciones 2:19.
¿Que pido? ¿Que busco? ¿A qué puertas llamo? Dime lo que pides, lo que buscas, adónde llamas y eso te dirá quién eres.
¿Por qué lloró Jesús? Porque miró los ojos de Marta que lloraban, vió las lágrimas resbalar por las mejillas y los ojos que lo interrogaban buscando una respuesta para lo “inexplicable”. Alguien tiene que mirar esos ojos, interpretar esas lágrimas, llegar con ese mensaje oportuno. Alguien tiene que recordar que hay un camino, una esperanza.
El tema es, ¿qué debo buscar? ¿Qué me invita a buscar? ¿Y dónde lo debo buscar? ¿Y si yo no lo hago, quien va a buscar aquello que debe ser hallado? Juan 11:38 dice “Jesús profundamente conmovido otra vez…”. Su emoción nos interpela, nos responsabiliza por nuestras “esquinas”. No pidas, busques, encuentres y llores solo por lo que son intereses personales. Buscá las almas, porque puede ser la última oportunidad de aquellos que el Señor puso en tu camino.
Raúl Kuropatwa (Pastor Misionero en Paysandú - Uruguay)