🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO
🗓️ Miércoles, 25/01/2023
Serie: 👨💻 Devocionales PC
EP#8 INTERÉS
📖 “Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño, mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él.” Lucas 9:32 (RVR)
Lucas, quien escribe este Evangelio era médico, y conocía muy bien el cuerpo humano. Cuando escribe la frase “rendidos de sueño”, lo que está diciendo es simplemente que estaban agotados. Es la misma sensación que cuando estás manejando a las 4 de la mañana, y se te cierran los ojos de cansancio. Bajas la ventanilla, pones la música a todo lo que da, pero el sueño siempre te gana. Y si sos cuidadoso vas a parar en la banquina. El sueño siempre gana.
Pedro, Jacobo y Juan estaban en el monte y vieron como Jesucristo se transfiguraba. El maestro que habían visto los últimos 2 años caminando, comiendo, riendo, hablando y durmiendo con ellos de repente era un ser refulgente de luz y gloria. Y para acompañarlo aparecieron Moisés y Elías, dos próceres del pueblo de Israel.
Así que los tres discípulos, muertos de cansancio y de miedo, se quedaron despiertos para ver qué pasaba.
Lucas vuelve a usar la misma frase un poco después. No era un monte, era un huerto. No había luz y gloria, había sudor y angustia. Es el mismo Jesucristo quien los invita a los tres (como en el monte) a que lo acompañen. Y les dice el por qué. El Señor Jesús, Dios encarnado, el Todopoderoso, estaba angustiado hasta la muerte y quería que sus amigos lo acompañaran. Estaba a pocas horas de la cruz.
Y los tres discípulos, muertos de cansancio y de miedo, se quedaron dormidos. Y dejaron solo al Señor.
¿Por qué las mismas personas, en circunstancias muy similares, en un momento actúan de una manera y luego de otra? Simplemente por interés. Era más interesante ver a Dios glorioso, que a Dios llorando. Era más impactante ver a Dios refulgente, que a Dios sufriendo. Y simplemente se durmieron.
Claro, es fácil criticarlos hoy, dos mil años después. Pero lo triste es que muchas veces los imitamos. Alabamos a Dios en la iglesia el domingo, y después en la semana no agarramos la Biblia que llevamos el domingo abajo del brazo. Escuchamos los mensajes y decimos amen, y luego al salir del templo hablamos de cualquier tema, menos del mensaje que escuchamos. En los grupos de WhatsApp alguien pide oración y todos ponemos manito, pero jamás oramos. Sería buenísimo que puedas mantener tu interés por el Señor Jesús.
📲 MORALEJA: No te duermas, Jesús te llama. Daniel Perez Cliffe