🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO
🗓️ Jueves, 6/4/2023
Serie: 🥖🍷 Palabras del calvario y la resurrección
UN CLAMOR QUE REVELA SU DOLOR PRINCIPAL
📖 “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46)
“Nuestro Señor se encontraba en ese momento en la parte más oscura de Su camino. Él había pisado ya el lagar durante horas, y la obra estaba casi consumada. Había alcanzado el punto culminante de Su angustia. Este es Su doloroso lamento procedente de lo más profundo del abismo de la miseria: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" Yo no creo que los registros del tiempo, y ni siquiera los de la eternidad, contengan una frase más llena de angustia. Aquí fueron eclipsados el ajenjo y la hiel, y cualquier otro tipo de componentes amargos. Aquí pueden mirar ustedes como si contemplaran un profundo abismo; y aunque fuercen sus ojos y miren hasta que la vista se canse, no pueden percibir el fondo; es inmedible, insondable, inconcebible. Esta angustia del Salvador por ustedes y por mí, no se puede medir ni pesar, como tampoco el pecado que la motivó, o el amor que la soportó. Estemos listos a adorar eso que no podemos comprender” (Charles Spurgeon)
Aunque El Señor Jesucristo padeció de maneras indecibles por mano de los hombres, no hay ninguna duda acerca de que su principal padecimiento fue espiritual, tal como queda expresado en su clamor cuando se acercaba la hora novena de aquel día, momento en el cual en el Templo solía elevarse la oración más importante para el rito judaico de la época (ver Hechos 3:1)
Esta expresión nos deja algunos aspectos para nuestra reflexión:
1. Fue elevada “a gran voz”, lo que indica la extrema intensidad del dolor y la angustia que embargaban a nuestro Salvador en ese momento, porque en ella dejó la fuerza física que aún le quedaba, y manifestó su más profundo anhelo espiritual
2. La expresión traducida correctamente debe leerse: “Dios mío, Dios mío, ¿A que me has desamparado?”, ya que en el original no dice “¿por qué?”. La realidad es que Cristo no se rebela contra el hecho que está aconteciendo, sino que interroga acerca del motivo del padecimiento que tanto le angustiaba.
3. La idea de “desamparado” es “abandonar, dejando uno sujeto y encerrado y sin escape”. Como dice Filipenses 2:8, Él fue “obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. En esta ocasión ningún ángel vino para consolarle, ni ninguna persona podía ayudarle, porque aún el mismo Padre ocultó completamente Su Rostro de Él… Como dijera Charles Spurgeon: “Podemos aguantar mientras el cuerpo se desangra, y aun soportar un espíritu herido; pero la condición de un alma que está consciente del abandono de Dios es insoportable, más allá de toda concepción. Pero cuando Él esconde el rostro de Su trono, y despliega Su nube sobre él, ¿quién podrá soportar esas tinieblas?”
¿Por qué debió sufrir tal Padecimiento?
El Salmo 22 es un Salmo Mesiánico que anticipa con muchos detalles los padecimientos de Nuestro Señor… El versículo 1 es donde encontramos esta pregunta llena de angustia: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”, la cual anticipa exactamente las palabras de Cristo en el Calvario. El versículo 3 al afirmar “Tú eres Santo”, nos da un indicio de la razón por la cual tal grado de desamparo estaba destinado para Aquel que debía morir en esa cruz… Concretamente: Por cuanto Dios es Santo no puede pasar por alto el pecado y en la cruz literalmente, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21)… Fue para ampararnos a nosotros, miserables pecadores, que El Señor debió ser desamparado por el Padre…
“…quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1 Pedro 2:24)
📲 Recordemos: “Sobre la Cruz, lo peor de nosotros (nuestro pecado) fue puesto sobre Cristo; y lo mejor de Él (Su justicia) fue puesta sobre nosotros” (Steve Lawson)
🖋️ Daniel Chevriau