🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO
🗓️ Miércoles, 31/5/2023
Serie: 😁 SERIE DISFRUTANDO DE DIOS
CAPÍTULO 3: A plena Luz
📖 “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12)”
Dios también asegura ciertas promesas especiales para aquellos que determinan buscarle con todo su corazón. Una de esas promesas es el pacto de la presencia de Dios. No obstante, este pacto es estrictamente condicional. Las escrituras aclaran que, si nos atenemos a la regla de este pacto, gozaremos de increíbles bendiciones de la presencia de Dios en nuestras vidas. Y esto no se refiere tan solo a asuntos de salvación. Habla de ser tal buscador de Dios que su impresionante presencia es derramada sobre nosotros y es vista y conocida por todos del mismo modo que la luz del sol se irradia y llega a todos y encandila a quienes le miran de frente
Dios hace su pacto de gracia con cada creyente. Este pacto está incorporado en promesas tales como, “Dios ha puesto en Cristo la iniquidad de todos nosotros.” “Jesús se convirtió en maldición por nosotros.” “Él, no nos dejará ni desamparará.” Pero para que ello sea una realidad en cada uno de nosotros, debemos permanecer en su Luz, abandonar el campo de sombras que oscurece nuestro entendimiento y dejarnos iluminar por su Palabra.
Nacido de padres pobres y analfabetos, fue rechazado por la comunidad. "A mis padres les dijeron que ni siquiera podía ser vigilante de mi propia casa porque no podía ver si entraba un perro callejero". Cuenta el empresario de 31 años. Aprendió a nadar, a jugar al ajedrez y al cricket con una pelota que emitía sonidos para que pudieran localizarla. "Solo necesitaba la mano y la oreja", cuenta. Disfrutaba de sus pasatiempos, pero también comenzó a preguntarse sobre su futuro.
Siempre había soñado con convertirse en ingeniero. Y sabía que necesitaba estudiar ciencias y matemáticas para eso. Cuando llegó el momento, seleccionó esas materias cruciales, pero su escuela le negó la plaza argumentando que era ilegal. Luego de la frustración inicial, el y sus padres, encontraron un abogado y, con el apoyo del equipo de dirección de la escuela, presentaron un caso ante el Tribunal Superior solicitando un cambio en la ley de educación. "El abogado peleó en nuestro nombre", dice el hoy economista indio, por lo que el estudiante no necesitaba comparecer ante el tribunal. Una escuela convencional en Hyderabad, que operaba bajo un organismo educativo diferente, ofrecía ciencias y matemáticas a estudiantes ciegos. Y tenían una plaza para él si estaba interesado. De ahí en más y en base al estudio, el esfuerzo y mucho sacrificio, logró aplicar para universidades de EE.UU y graduarse en economía.
Esta historia real de Srikanth Bolla, un joven hindú ciego de nacimiento, tiene un paralelismo asombroso con nuestra vida antes y después de Cristo. Todos estamos ciegos sin la Luz de vida en nuestros ojos. En Juan 9:41 leemos: “Les dijo Jesús: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero ahora, porque decís: vemos, vuestro pecado permanece”.
Andamos a los tumbos sin percibir el abismo al final del camino y por lo mismo, como el joven de la historia, necesitamos imperiosamente un abogado que interceda por nosotros y nos redima; ese abogado es Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.
Disfrutar con Dios en nuestra vida es llenarnos de su Luz, y así cumplir con el mandato dado a nosotros por SU Amado Hijo: En Mateo 5:14-16 “Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.”
📲 FRASE DE VIDA: Por eso, todos nosotros, ya sin el velo que nos cubría la cara, somos como un espejo que refleja la gloria del Señor, y vamos transformándonos en su imagen misma, porque cada vez tenemos más de su gloria, y esto por la acción del Señor, que es el Espíritu. 2ª Corintios 3:18
🖋️ SG