A pesar del que dirán

🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO

🗓️ Jueves, 8/6/2023

Serie: 😁 SERIE DISFRUTANDO DE DIOS

CAPÍTULO 9: A pesar del que dirán

📖 ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. Juan 4:9-10

Antes de empezar con esta historia en la ciudad de Samaria, pensemos un momento en nuestra propia ciudad, pueblo o barrio, de seguro allí vemos a diario gente con la cual no nos gustaría que nos viesen o nos relacionen como, los planchas, los planeros, los ladrones, los que venden droga, quienes se prostituyen, etc. Todos ellos diríamos que son pecadores de “alta gama” y a los que eludimos por miedo al qué dirán.
Samaria fue la capital del Reino del Norte, cuando Israel estaba dividida en dos. Después que el reino del norte y su capital Samaria fueron tomadas por los asirios, deportaron a muchos judíos a Asiria y trajeron extranjeros a que se estableciesen allí, para ayudar a mantener la paz (2 Reyes 17:24). Por lo tanto, de la mezcla de extranjeros y judíos surgió la raza mixta, odiada por los judíos del Reino del Sur llamado Judea, quienes consideraban a todos los samaritanos y samaritanas como seres impuros. Si hubiésemos vivido en aquel tiempo y te veían con un samaritano ¿Qué dirían nuestros conocidos? Imaginemos por un momento que vivimos en días de Jesús y que le vemos junto al pozo en Samaria y hablando con una mujer -la cual, tan solo por pertenecer al sexo femenino ya era discriminada por su propio pueblo- además de adúltera, entenderemos por qué prefería cargar el pesado cántaro e ir a mediodía al pozo a sacar agua para su consumo, esa mujer estaba harta del que dirán, de las murmuraciones a su espalda.
El hombre aquel estaba cansado y descansó junto al pozo, tenía aspecto de ser judío y además un rabí. Pensemos en la incomodidad y en que pensaba aquella mujer samaritana mientras recorría los últimos metros hasta el brocal del pozo de donde extraería agua.
Cuan grande sería su sorpresa cuando Jesús le pidió que le diera agua para beber. 
¿Me hablará a mí? Habrá pensado, haciéndose la sorda ya que los judíos usualmente no hablaban con los samaritanos, -Si a ti te pido si puedes darme agua- habrá repetido el maestro. 
Jesús- me habla a mi que soy samaritana que clase de Rabí será este- habrá pensado ella. 
- ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Ella sabía el peso del “que dirán” a lo que el Señor responde que él puede darle agua viva, que nunca volviera a tener sed. Demostrándole que Él era el Salvador, el “agua viva” de la vida eterna. Y para reafirmar el conocimiento y control que tenía sobre aquella situación le demuestra que él sabe que ella está viviendo en adulterio con un hombre que no es su marido.
¡Que manera de barrer el que dirán de la mente de aquella pobre pecadora! LA samaritana, salió corriendo rumbo a su ciudad y habló con muchas personas acerca de Jesús, los que también fueron al pozo a verle y oírle y de los cuales muchos creyeron en Sus palabras.
Este pasaje bíblico nos muestra la humanidad del Señor Jesús, a Él no le interesa el que dirán de fariseos hipócritas ni le altera su YO SOY, que le vean con prostitutas, recaudadores, publicanos, asesinos, ya que su interés era y es el salvar las almas de los pecadores, sin importar la raza, posición social o los pecados que había cometido.
El Señor mostró en el interés por esta mujer y al explicarle, por medio de una parábola, que él podía darle esa agua espiritual que saciaría la sed de su alma; que él es eterno, e inmutable y que llega a nosotros con la misma promesa de calmar nuestra sed espiritual, solo debemos aceptar y beber de su invitación sin que nos importe el que dirán. Porque, dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua. (Jeremías 2:13)

📲 FRASE DE VIDA: Someterse al que dirán es una manera de ser esclavos, más Jesucristo el Señor no quiere esclavos 

🖋️ SG