🔊📖 ᴄᴇɴᴛʀᴏ ᴄʀɪsᴛɪᴀɴᴏ ʏ ᴍɪsɪᴏɴᴇʀᴏ ᴇᴛᴇʀɴɪᴅᴀᴅ
🗓️ Lunes, 18/9/2023
SERIE: CÓDIGO DIEZ
Dɪ́ᴀ 11: Sᴇxᴛᴏ Mᴀɴᴅᴀᴍɪᴇɴᴛᴏ: ASESINOS DE VIENTRE Y CORAZÓN (I)
📖 Lectura: “No matarás” (Éx. 20:13)
Estaba en la Terminal de ómnibus predicando el evangelio a un religioso y al repasar los mandamientos llegamos al sexto y le pregunté si había matado y me dijo “mmmmm la verdad que no he asesinado físicamente a nadie pero sí he matado con la indiferencia, con el enojarme, con la intención... muchas veces he deseado que alguien se muriera”. Este hombre, con una conciencia sensible, estaba diciendo una gran verdad, pues hay varias formas de matar.
Quitando la vida en el vientre El aborto es asesinato, no se trata de una bola de tejido, pues hay vida. A los 21 días de gestación late el corazón del bebé y a los 40 días hay ondas cerebrales medibles. La Biblia nos dice que tomar la vida de un no nacido es un asesinato (Jer. 20:17; Amós 1:13; Jer. 7:6).
Quitando la vida en el corazón “yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio” (Mt. 5:22). Cuando guardamos un problema interpersonal, en lugar de solucionarlo, muchas veces el problema que guardamos se transforma en rencor. Y el guardar rencor es matar relaciones en nuestro interior, y la amargura puede llegar hasta el odio. El apóstol Juan habla del tema “todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida permanente en él” (1ª Jn. 3:15). La falta de amor a mi hermano me hace ante Dios no solo un homicida sino un mentiroso porque “si alguno dice yo amo a Dios y aborrece a su hermano es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a su hermano a quien ha visto, ¿Cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” (1ª Jn. 4:8).
¿Qué tal un electrocardiograma espiritual? ¿Tienes un problema interpersonal con alguien? ¿Hay alguien a quien no puedes “tragar”? ¿Hay alguien a quien no saludas desde hace tiempo? ¿Tienes cuentas pendientes y postergas el encuentro, pues te dices a ti mismo “ya pasará”? Entonces tienes arritmia espiritual, no se te ocurra decir que amas a Dios o que “está todo bien”. Allí mismo entra en tu cámara secreta y confiesa tu pecado, y llama a quien debas llamar, visita a quien debas visitar y arregla tus cuentas con tu hermano. El diablo es homicida y quiere que te parezcas a él en tu corazón. Apúrate, antes que anochezca, y gana al hermano. “Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; cantará mi lengua tu justicia” (Sal. 51:17).
(HAG)