Oᴄᴛᴀᴠᴏ Mᴀɴᴅᴀᴍɪᴇɴᴛᴏ: NO ROBARÁS (I)

🔊📖 CENTRO CRISTIANO Y MISIONERO ETERNIDAD 

🔟 SERIE: CÓDIGO DIEZ 

🗓️ Viernes, 22/9/2023
 
 Dɪ́ᴀ 15: Oᴄᴛᴀᴠᴏ Mᴀɴᴅᴀᴍɪᴇɴᴛᴏ: NO ROBARÁS (I) 

 📖 Lectura: “No robarás” (Ex. 20:15)

Sobre la mesa del merendero infantil, una monja había dejado una fuente llena de manzanas deliciosas. Al lado de la fuente, puso la siguiente nota: "Toma solamente una. Recuerda que Dios está mirando". En el otro extremo de la mesa, había otra fuente, llena de galletas de chocolate recién sacadas del horno. Y junto a ésta otro papelito, que con trazos infantiles indicaba: "Toma todas las que quieras. Dios está mirando las manzanas". ¡Cuántos cartelitos mentales ponemos en nuestras mentes! Nos decimos que a Dios le interesan determinados temas y otros no. Dios se fija en las manzanas, pero también en las galletas. No hay que robar dinero de un banco pero tampoco colgarnos de la luz, cable o teléfono. No debo estafar pero tampoco dejar de pagar la revista cristiana a la que estoy suscripto. Cuando te quedas con algo de la iglesia o del templo, así sea un cancionero, una foto, un libro no devuelto de la Biblioteca es ni más ni menos que robar. Y según Dios “ningún ladrón heredará el reino de Dios” (1ª Co. 6:10). 

“ Tú que predicas no robarás, ¿robas?” (Ro. 2:21) Una de las manías que podemos adquirir quienes enseñamos en la iglesia, sea desde un púlpito o a jóvenes o niños en la Escuela Dominical o hijos en nuestro hogar, es la de dirigir el mensaje a otros y no obedecerlo nosotros. A Dios no lo podemos sobornar. La exhortación apostólica sigue siendo “el que hurtaba, no hurte más” (Ef 4:28).

 A Cesar lo que es del Cesar. A Jesús le preguntaron si estaba bien pagar tributo a Cesar. En otras palabras ¿Está bien pagar impuestos altos? Jesús pidió la moneda y preguntó de quien era la inscripción y luego declaró “dad a Cesar lo que es del Cesar” . La ley indicaba que lo robado debía devolverse y había un interés del veinte por ciento (Lv. 6:1-5). Y si dabas muerte a un animal ajeno, se devolvía cuadruplicado. Esa fue la sentencia que a sí mismo, sin querer, se dio David (2 S. 12). ¿Qué hace la gracia de Dios? Cuando el creyente se da cuenta que ha fallado en esta área, se humilla y enfrenta las consecuencias, devolviendo no conforme a la ley sino conforme a la gracia. Por eso es que Zaqueo se exigió a sí mismo devolver, no el veinte por ciento sino el cuatrocientos por ciento (Lc. 19:8). Zaqueo supo qué hacer luego que la Palabra obró en su corazón, si hoy fuiste redargüido de pecado ¿Sabes lo que tienes que hacer?

(HAG)