🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO
🗓️ Martes, 7/11/2023
Serie: 🗣️ ELISEO Y NAAMÁN 🏊
NAAMÁN – CUANDO LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
EP#2 – Un general rico, pero leproso
Estamos analizando la historia de Naamán, conociendo personajes que a primera vista parecían una cosa, pero que luego demostraron ser algo bien diferente. Naamán era general del ejército sirio pero leproso. Una esclava de su casa le comenta a la esposa que el profeta de Israel le podría sanar. Entonces leemos en 2Reyes 5:4-6: “Entrando Naamán a su señor, le relató diciendo: Así y así ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel. Y le dijo el rey de Siria: Anda, vé, y yo enviaré cartas al rey de Israel. Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos. Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían así: Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a ti mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra”.
Este hombre tenía una gran necesidad. Tenía una enfermedad mortal de la cual no podía ser curado. ¿Cuáles habrán sido sus intentos para encontrar la sanidad?
- Como era rico, seguramente no habrá escatimado en gastos médicos para encontrar una solución.
- Como era un militar exitoso, buscaría olvidar esta enfermedad en batallas épicas, en las cuales no temería en poner en juego su vida, dado que sabía que moriría de todas formas.
- Cuando la sierva le habló a su esposa de una posible cura en Israel, no escatimó esfuerzos y estaba dispuesto a los mayores gastos con tal de lograr su sanidad. Llevó vestidos nuevos, 340 kilos de plata y unos 68 kilos de oro.
- Para colmo, en lugar de ir al profeta, corrió al lugar equivocado. Nadie había dicho que la solución estaba en el rey de Israel, pero fue hasta allí.
Trazando un paralelo en esta historia, vemos los diferentes intentos del ser humano de solucionar su mayor problema: el pecado.
Existen algunas actitudes de Naamán que las podemos observar en muchas personas hoy. En lugar de reconocer su problema, muchas veces lo intentan tapar. Buscan en fiestas, amigos, fama, dinero, viajes, en cosas exteriores, en drogas, el alcohol, en personas o incluso en la religión, tapar o buscar la solución a su problema, pero no lo encuentran. Por ello siguen corriendo y buscando el sentido a la vida, algo que les llene el vacío interior, pero no lo encuentran. Y el pecado no se va. Nada los llena de verdadera paz, gozo y esperanza.
¿Notamos la gran necesidad, la gran desesperanza? Presentemos hoy a alguna persona a Aquél que afirmó ser “El camino, y la verdad y la vida” (Jn.14:6).
🖋️ Esteban Beitze