🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO
🗓️ Miércoles, 15/11/2023
Serie: 🗣️ ELISEO Y NAAMÁN 🏊
NAAMÁN – CUANDO LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
EP#8 Un siervo de Dios, pero que no aplicó la Palabra
Naamán había venido de Siria para ser curado por la lepra. Después que esto sucediera, fue a la casa del profeta Eliseo para agradecerle y darle valiosos regalos de los que había traído para este fin. Pero Eliseo no quiso aceptar ningún regalo, porque todo había sido un don de Dios. Así como la salvación es gratuita, así también lo fue esta sanidad.
Pero con Eliseo, estaba también su criado. Él pensó de otra forma de estos regalos ofrecidos y rechazados. Dice en 2 Reyes 5:20 en adelante: “20 Entonces Giezi, criado de Eliseo el varón de Dios, dijo entre sí: He aquí mi señor estorbó a este sirio Naamán, no tomando de su mano las cosas que había traído. Vive Jehová, que correré yo tras él y tomaré de él alguna cosa”.
Giezi vivía junto a un hombre de Dios, el profeta Eliseo. Obviamente era uno que estudiaba la Palabra y con seguridad, también la impartía. Giezi conocía perfectamente el mandamiento: “no codiciarás” (Ex.20:17). Seguramente conocía también la triste historia de Acán, que codició dinero y vestidos de lo prohibido de Jericó, lo tomó y escondió. Sabía muy bien que este pecado no había quedado oculto, sino que Dios lo había sacado a la luz y todo terminó en tragedia para ese hombre y su familia. Pero a Giezi, ese acontecimiento no le importó.
Conocía también las historias de provisión de Dios para con el pueblo de Israel en el desierto después de salir de Egipto. Giezi no solo conocía la Palabra de Dios sino, al ser el siervo de Eliseo, también vio que el profeta vivía de acuerdo a la Palabra, además de escucharlo enseñar muchas veces. O sea, estaba con Eliseo en cada momento. Escuchaba sus enseñanzas y consejos. Veía el obrar poderoso de Dios, como cuando una mujer estéril pudo concebir a un hijo (4:11-17). Luego, cuando éste murió, estuvo presente en la resurrección del chico (2 R.4:32-37). Había visto cómo una comida envenenada no hizo daño, sino que sirvió de alimento a un buen grupo de personas (4:38-41). Había experimentado varias multiplicaciones milagrosas de comida, de manera que alcanzó para muchas personas (4:1-17; 42-44). Ya había aprendido que siendo fiel a este Dios y confiando en Él, siempre tendría lo necesario. Pero no lo tuvo en cuenta. A pesar de todo lo que había visto y aprendido, la codicia por las riquezas le nubló el entendimiento.
El dejar de estudiar la Palabra de Dios o no tenerla en cuenta en la vida, es uno de los primeros síntomas en el camino hacia una caída. Si quieres llevar una vida de victoria es imprescindible el uso de "la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios" (Ef.6:17). El salmista decía las conocidas palabras: "¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti" (Sal.119:9,11).
🖋️ Esteban Beitze