MI ROCA

🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO

🗓️ Lunes, 11/12/2023

Serie: 📖🧂 SABOR A EVANGELIO

EP#6 MI ROCA

Uno de los ministerios en el que estuvimos involucrados, era el de hacer perforaciones de pozos de agua. En varios lugares del norte del país y en Santiago del Estero realizamos perforaciones. El gran problema para llevar a cabo esta tarea es que se necesita gran cantidad de agua para hacer una perforación. Teniendo en cuenta que en estos lugares no hay agua, se complica la tarea. 
Debemos acarrear el agua unos 200 m  en baldes de 20 litros. Al comienzo, el trabajo es dentro de todo fácil. Tenemos fuerzas y energía para acarrear los baldes, pero a medida que pasa el tiempo, comenzamos a sentir el cansancio. Al principio es un cosquilleo en los dedos. Luego, perdemos sensibilidad. Los dedos comienzan a endurecerse y a doler. Pronto el cansancio llega a toda la mano e inclusive a los brazos.
Los baldes de agua, comienzan a resbalar de nuestras manos. Ya no lo podemos llevar de una sola vez, sino que cada 20 metros debemos parar a descansar. Luego es cada diez metros, hasta que al final, solo podemos caminar unos metros y paramos a descansar, porque no podemos sostener los baldes en nuestras manos. La pregunta que nos hacemos es, <<¿Por qué, si al principio pudimos soportar sin inconveniente los baldes, ahora nos cuesta tanto? Es la misma mano que lo sostenía, es el mismo camino que recorremos, es la misma distancia que caminamos, ¿Por qué ahora no lo podemos soportar?>> la respuesta es sencilla, el estar sometido constantemente al mismo esfuerzo, hizo que esos músculos se agotaran. Era la misma carga, que con el tiempo se hizo insoportable. 
De la misma manera nos pasa en nuestras vidas. A veces nos sentimos cansados, desanimados, agobiados y no necesariamente por grandes conflictos, por grandes problemas, sino por pequeños pesos que llevamos durante mucho tiempo. Dice el escritor de los Hebreos… He. 12:1 “…corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante” Lo curioso, es que la palabra que aquí se traduce como “PACIENCIA” significa literalmente -Permanecer bajo- y da la idea de alguien que está llevando un peso. De la misma manera que nos pasaba a nosotros cuando llevábamos los baldes de agua, y nos agotábamos. Así también, debemos llevar nuestros pesos, problemas, conflictos, que nos agotan, nos cansan, nos fatigan y en ese mismo momento, debemos aprender a ser PACIENTES, en medio de tantas crisis que nos toca atravesar, nos podamos parar firmemente en nuestra Roca. ¡Quién como David! El pasó por todo tipo de situaciones, conflictos familiares, sociales, reales, bélicos y aun espirituales. Este David es el que después de atravesar por todas las situaciones, va a reflexionar en el Sal. 62…
Sal. 62:6 “Él solamente es mi roca…”
Sal. 62:7  “…En Dios está mi roca…”
Aún el planeta tiembla, hay terremotos, las ciudades colapsan, los edificios se dañan y caen, pero nuestra Roca es inconmovible.
Como cristianos tenemos la promesa de Dios, que si ponemos nuestra fe y confianza en Él  “…en nada seré avergonzado…” Fil. 1:20 

FRASE DE VIDA: Aún el planeta tiembla, hay terremotos, las ciudades colapsan, los edificios se dañan y caen, pero nuestra Roca es inconmovible.

🖋️ Oscar Hoyos