Los mansos

🔊📖 Centro Cristiano y Misionero ETERNIDAD 
 
🗓️ Jueves, 18/1/2013

Serie: BIENaventuraDOS  

 /04/ Los mansos 

📖  “Bienaventurados los mansos porque ellos recibirán la tierra como heredad” (Mt. 5:5)

🤔 El manso, según el mundo, no tiene carácter, ni personalidad, y es fácilmente dominado y manejado. Pero Moisés quebró las tablas de la ley y Jesús usando un látigo tiró mesas echando a comerciantes del templo. ¡Y ambos son llamados “mansos” en la Biblia!  Manso en griego es praotes y significa “fuerza bajo control”. Y no es una cualidad natural sino una virtud espiritual. Se puede traducir también “grato”, “tierno”, “afable”. El ser manso incluye dominio propio y equilibrio. Es, como dijo Aristóteles, “saber enojarse con la persona correcta, en el momento correcto,  con la intensidad correcta, y por las causas correctas”. 

 🎓 Mansedumbre, para repitentes. Jesucristo dijo a sus discípulos “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”. La mansedumbre al igual que la oración son materias que debemos aprender en la escuela del Maestro de Nazaret. Si este Maestro no echó a los “repitentes” Boanerges, ni a  Pedro de Su Escuela, tampoco lo hace contigo. Y quiere seguir dictando materia. Él sigue en el aula, no salgas al recreo.

 📝 Una tierra de mansos. “ellos recibirán la tierra como heredad”  ¿imaginas lo que será esa tierra? Sin injusticia, violencia, reacciones carnales, amenazas, insultos, peligros, etc. En ese día los enrolados en la Escuela de la mansedumbre tendremos una sonrisa mansa y una felicidad plena, sin lo amargo del pecado. Y reinaremos con Cristo. ¿No te motiva esto a cultivar en tu corazón aquí y ahora este fruto del Espíritu?

 🫂 El manso remanso. Una característica de un verdadero cristiano es la mansedumbre (Gá. 5:22-23). Si tienes Su Espíritu esta será una marca en tu carácter. Ningún cristiano puede decir “lo que pasa es que yo soy así, no voy a cambiar. Soy de pocas pulgas”. Eso sería “insultar” a Dios que te dio su Espíritu, y debes llamar a las cosas por su nombre, eres carnal y estás en desobediencia. Ve, hoy, mi hermano, arrepentido al Señor y confiesa tu pecado, pide perdón a quien tengas que hacerlo y siéntate tranquilo a los pies del Maestro quien no se cansa de los “recuperatorios”, pues Él es Manso. 

 (HAG)