🔊📖 Centro Cristiano y Misionero ETERNIDAD
🗓️ Jueves, 25/1/2024
Serie: BIENaventuraDOS
/09/ Los perseguidos por justos
📖 “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mt. 5:10)
¿Quieres tener el carácter de Cristo? “todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución” (2 Ti. 3:12). Si no padeces persecución es porque el mundo te aprueba y tu andar no es piadoso. La persecución no necesariamente tiene que ser física, puede ser psicológica, emocional, o espiritual.
👷♂️ En el trabajo. Como siervos. “Criados estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar”. Cuando te sujetas a la autoridad de tu patrón en tu trabajo (o escuela) y eres fiel en tu misión y servicio, es muy probable que experimentes rechazo y ataques. Pero recuerda que “... esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. Pues ¿Qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios” (1 P. 2:18-20).
💂♂️ En los negocios de la vida. Como soldados. Los soldados no se “enredan” en los negocios de la vida; aún las cosas legítimas pueden estorbar nuestro andar. El soldado debe tener prioridades. ¿A quién agradas? ¿Al que te tomó por soldado? ¿O al mundo? ¿Estás tan enredado en tus negocios que has dejado los negocios de Dios? No estás aquí para enredarte, estás aquí para luchar.
👨⚖️ En la sociedad. Como santos. Juan el Bautista fue encarcelado por predicar los principios que vivía. Si no hubiera hablado del adulterio de Herodes no habría padecido. No padecemos por causa de la justicia porque tampoco luchamos por ella. Somos hinchas del equipo de Jesús, pero no nos ponemos la camiseta para entrar en la cancha. Gritamos el cómo se hacen las cosas, qué jugada se debe hacer pero no tenemos autoridad para dejar las gradas y salir a cumplir con nuestra misión. “Señor ayúdanos a saber sufrir por la justicia. Perdónanos por nuestra falta de visión espiritual y apatía. Perdónanos por no reaccionar ante la injusticia de la manera que lo hizo nuestro Señor. Y ayúdanos a plantarnos firmes por la verdad del evangelio. Amén”
(HAG)