🔊📖 Centro Cristiano y Misionero ETERNIDAD
🗓️ Viernes, 26/1/2024
Serie: BIENaventuraDOS
/10/ Los perseguidos por Su causa
📖 “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros” (Mt. 5:11-12)
Los primeros cuatro lugares en el mundial del 2021 fueron: 1. Corea del Norte, 2. Afganistán, 3. Somalía y 4. Libia. Este es el mundial de los mártires, los países de mayor persecución. 13 mártires asesinados por día, 12 edificios cristianos atacados por día, 12 arrestos y 5 secuestros diarios. Estos jugadores no recibirán ninguna copa ni balón de oro, ellos esperan morir por causa de Cristo. Son creyentes anónimos que no reciben aplausos sino piedras y balas, no son bañados de gloria sino de combustible y prendidos fuego vivos por causa del Señor. Sus nombres no figurarán entre las estrellas deportivas pero sí en los primeros lugares del libro del Cordero.
¿Bienaventurados por la persecución? Los apóstoles estaban “gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre” (Hch. 5:41) el no ser perseguidos tal vez hable mucho acerca de nuestra dignidad como cristianos. ¿Nos decimos a nosotros mismos bienaventurados porque no sufrimos persecución? Jesucristo dijo “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan”.
Un trofeo de Rwanda. Era una noche de 1980 en Rwanda. El joven nativo, convertido a Cristo, estaba en su cuarto y allí escribió el siguiente compromiso. “Soy parte de la congregación de los desvergonzados, la suerte ha sido echada, he traspasado la línea, la decisión ha sido tomada- soy un discípulo de Jesucristo. No miraré hacia atrás ni descansaré, no detendré la marcha, no retrocederé ni estaré quieto. Mi pasado ha sido redimido, mi presente tiene sentido, mi futuro es seguro. He acabado con una vida mediocre, un andar por vista, y rodillas suaves, he puesto fin a los sueños descoloridos, la visión mediocre, el hablar mundanal, las ofrendas baratas y las metas enanas. Mi rostro está firme, mi andar es rápido, mi meta es el cielo, mi camino es angosto, mi sendero es duro, mis compañeros son pocos, mi guía es confiable, mi misión es clara. No cederé ni callaré, no descansaré hasta que permanezca, invierta y ore por la causa de Cristo. Debo ir hasta que Él venga, dar hasta desplomarme, predicar hasta que todos sepan, trabajar hasta que Él me detenga, y cuando venga a buscar a los suyos, no tendrá ningún problema en reconocerme porque mi bandera habrá sido clara”. El día siguiente su tribu le exigió renunciar a Cristo. El joven rehusó negar a su Señor... y le mataron al instante. Creo que no es necesario seguir comentando. Permiso, tengo que hacer arreglos en mi bandera. Dios te bendiga.
(HAG)