🔊📖 CENTRO CRISTIANO Y MISIONERO ETERNIDAD
SERIE: Como neblina 🌁
DIA 14: ELECCIÓN DE VIDA
Nuestra sociedad es salvajemente consumista; cada día surgen novedades que dejan en la condición de trastos viejos aquellas maravillas tecnológicas que compramos hace poco tiempo con mucho esfuerzo y entusiasmo. No es suficiente tener algo para vender, esto debe ser lo suficientemente atrayente como para entrar por los ojos y generar un deseo irresistible por comprarlo…Desde el comienzo de los tiempos el ser humano ha sido seducido por aquello que le parecía atractivo…
• “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar sabiduría; y tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió, así como ella”. (Génesis 3:6)
En sintonía con este concepto el Apóstol Juan agregaba:
• “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”. (1 Juan 2:16)
¿Cuál es la secuencia que nos demuestran estos pasajes?
• Lo VEO – Los deseos de los ojos
• Me GUSTA – Los deseos de la carne
• Lo QUIERO – La vanagloria de la vida.
Salomón también decía: “No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena”. (Eclesiastés 2:10) Eclesiastés capítulo 2 es un verdadero canto al egoísmo. El uso permanente de expresiones tales como: “mi corazón”, “mi carne”, “mis obras”, “para mí”, “me hice”, “me amontoné”, manifiestan el enfoque egocéntrico de Salomón en esta etapa de su vida. Todo giraba en torno a sus pasiones desenfrenadas.
Cuando Salomón construyó el trono de oro y marfil para su palacio simplemente estaba manifestando aquello que sucedía en su corazón… Pero lo verdaderamente lamentable se encuentra en el verso 11 del Capítulo 2: • “Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol”. (Eclesiastés 2:11) No es posible transitar por dos veredas… sabiduría y necedad son opuestos como el agua y el aceite; Expresado en un dicho popular sería algo así como pretender “estar bien con Dios y con el diablo”. Salomón lo intentó y su reflexión final fue que todo ello no tuvo sentido…
Santiago nos previene: “…Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado siendo consumado, da luz a la muerte”. (Santiago 1:14-15)… Concretamente, el egoísmo llevado al extremo transforma una vida normal en un verdadero peligro…
Recordemos: Podemos hacer de nuestra existencia un arma o una medicina… Es sencillamente una cuestión de elección…
Daniel Chevriau